viernes, 7 de junio de 2013

Esteriotipos femeninos y las causas de la ausencia de la femeneidad en los medios de comunicación



El DOCTOR JUAN CARLOS SUÁREZ VILLEGAS en su último libro "La Mujer Construida: Comunicación e Identidad Femenina”, detalla dos cuestiones basicas para el entendimiento de nuestro tema. El esteriotipo femenino, y las causas de su ausencia en los medios. Es importante tener en cuenta el primero, ya que el segundo es producto de este.


El estereotipo femenino:
La investigación sobre la mujer en los medios surge en la década de los 70, marcando fuertemente con un tinte reivindicativo y crítico las imágenes estereotipadas de la mujer tanto en revistas como en los programas televisivos, y el abuso de la exhibición del cuerpo femenino en los mensajes publicitarios.
El estereotipo femenino lo constituye la mujer siempre buena, pasiva, obediente, servil, tierna, maternal, ama de casa, amable, comprensiva, discreta, delicada, dependiente y sin iniciativa, administradora de parte del dinero del hombre en el ámbito del hogar, temerosa, atractiva físicamente, siempre joven, y con apoyo incondicional para el hombre. También con la afectividad, dependencia y preocupación por los demás.
Según estudios realizados sobre la imagen de la mujer, podemos diferenciar distintos estereotipos femeninos:
a) La abuelita previsora:
Es invariablemente feliz porque ha solucionado su porvenir. Con mucha frecuencia aporta la felicidad a los miembros de su familia (hijos y nietos) preparando una deliciosa comida. Este personaje bienhechor y tutelar representa la continuidad, el arraigo de las tradiciones y de la tierra, el regreso a la simplicidad de la vida rural, la nobleza no contaminada de lo primigenio.
Su imagen es la de un ser sonriente, sin achaques de salud y viste además con cierta coquetería sin excederse en lo que el sentido común considera “propio de su edad”. Ha abandonado, desde luego, los vestidos negros tradicionales porque todo en ella trata de evocar la jovialidad y la eficaz actividad.
b) El ama de casa:
Son mujeres dedicadas a las tareas hogareñas y cuyo único fin es satisfacer a su marido e hijos. Tienen una apariencia real, joven, razonablemente atractivas para gustar a su marido, bien vestidas, de aspecto agradable y suelen aparecer en marcos neutros e inconcretos, sin referencia directa a la tarea del hogar tratando así de eludir la conexión con la mujer exclusivamente como ama de casa, papel que frena su autorrealización. Estas tendencias intentan evadir las connotaciones negativas del trabajo doméstico para conseguir una mayor aceptación. Suelen ensalzan las cualidades del ama de casa: esfuerzo, dedicación, constancia y conocimiento. El ama de casa alimenta y cuida a su familia siendo posiblemente la hija la única ayuda con la que cuenta. Sólo en aquellos anuncios en los que el producto tiene como principal cualidad la facilidad de preparación o de uso suelen aparecer también personajes masculinos, pero existe la sugerencia de que aquello es trabajo de mujeres.
En las relaciones familiares la madre representa lo cotidiano, lo permanente, lo funcional, es la que controla y vigila continuamente a los hijos.
c) La triunfadora profesional:
Arquetipo cada vez más frecuente en el mundo occidental. Es una chica independiente que comparte con el hombre una relación de paridad; una ejecutiva autónoma, desenvuelta, respetada en su trabajo y admirada por sus compañeros masculinos. Viste con pulcritud, pero sin estridencias, es hermosa y cautivadora, pero por encima de ello se la ve resolver con eficacia lo que parecen arduos problemas de gestión. Por tanto, parece que su éxito laboral es casi una consecuencia del atractivo personal, y eso es algo que se logra adquiriendo el producto en cuestión. Además, debe demostrar continuamente que ella es tan válida como un hombre para ese trabajo.
También se da el caso en que la mujer trabajadora es un complemento de las labores despeñadas por un hombre. Sin embargo, existen determinados trabajos en los que es más aceptable encontrar a una mujer con un cargo importante, por ejemplo en la enseñanza básica, enfermería....
d) La mujer objeto:
Es una práctica muy común en la que la mujer no tiene personalidad ni identidad, se muestra como un simple elemento susceptible de ser adquirido por cualquier hombre. Es un reclamo sexual, un cuerpo al servicio de la satisfacción masculina. Se trata de la manifestación sexista más clara y más atacada por los colectivos de mujeres.
También indicaremos que la mujer objeto cumple distintas funciones dentro de este rol, no sólo la de reclamo sexual:
- La mujer adorno: aparecen como mujeres desprovistas de cualquier atisbo de inteligencia o personalidad, cuyo único fin es adornar el cuadro, o lo que es lo mismo, poner insinuantes poses y sonreír.
- La mujer escaparate: la mujer va a ser el símbolo del triunfo masculino, será mostrada como un trofeo a través del cual el hombre conseguirá reconocimiento y admiración. La mujer se convierte en una posesión que el hombre ha de tener para mostrar su posición social. Las ropas y joyas que ella lleve indicarán el prestigio económico de él. Esta mujer no tiene identidad propia, no es nada sin su compañero, todo lo que tiene lo ha conseguido a través de él.
e) La mujer complemento:
Este estereotipo nos ofrece una visión sensual y atractiva de la mujer, la cual se siente feliz de poder satisfacer los deseos del hombre pues vive para ello, es la única posibilidad que tiene, la convivencia con él. La mujer se doblega ante su dominador, su vida gira en torno a la de él.
f) La adolescente guay:
Es más informal. Gusta a los chicos, desde luego, pero todo sucede en la pandilla. En otros casos realzará claramente su estatus en esa tribu bulliciosa de amigos y amigas a la que el personaje pertenece. Dichas adolescentes gozan de buena salud, se mueven con gran dinamismo, tienen una silueta estilizada, visten con una estudiadísima informalidad, no son empollonas pero tampoco descerebradas y parecen independientes de una excesiva tutela paterna. Nada hace pensar que se están preparando para asumir un día responsabilidades familiares, aunque sí se desliza a veces la idea de que llegarán a tener alguna tarea profesional.
g) Mujer y belleza
La mayoría de las presentadoras de los informativos deben ser atractivas, esta belleza también está estereotipada en función del tipo de programa y de los destinatarios grosso modo cabe señalar:
1) El de mujer fatal: Una mujer voluptuosa, insinuante, misteriosa, cuya perversidad ha desaparecido desvaneciéndose con ella el temor masculino hacia este tipo de mujeres.
2) La mujer niña: ninfa de rasgos infantiles rodeada de un aura de inocencia y pureza simbolizada por velos y gasas blancas. La maligna intención seductora del personaje no se aprecia.
3) La unión de los dos modelos anteriores: Una mujer infantil y misteriosa, inocente y voluptuosa. Posibles causas de los estereotipos femeninos
-Las mujeres se definen a sí mismas en términos de sus relaciones personales.
-Patriarcado en todas las sociedades.
-El “problema” de la maternidad.
Separación del hogar y lugar de trabajo hace que se ocupen sólo de las tareas domésticas.
-Menor salario.
-Ocupan menos puestos de responsabilidad.


Causas de su ausencia en los medios:
 Tradicionalmente las mujeres estaban socializadas para ocupar espacios privados y los hombres para los públicos. Ésta es una primera excusa que podría explicar la ausencia de mujeres en espacios informativamente significativos. A medida que las mujeres se han ido incorporando a los escenarios públicos, se ha incrementado y diversificado su aparición en los medios, pero todavía se está lejos de que estén presentes en términos de paridad.
 Otra de las causas de la ausencia de la mujer en los medios es su tardía incorporación al mundo de lo público, ya que todavía afecta a sus posibilidades de ser líderes.
 Hemos de preguntarnos si el protagonismo femenino en la sociedad es tan pobre como el que se refleja en la prensa. La participación de las mujeres en todos los ámbitos de la vida pública y social está por encima del porcentaje de 11,88% en el que las mujeres aparecen en la escena pública. De manera general se puede decir que los y las protagonistas principales provienen mayoritariamente de elites sociales: políticas, económicas, deportivas, culturales y artísticas.
 Según aparece en el libro El sexo de la noticia, otra de las causas por lo que las mujeres no aparecen en los medios puede ser que los movimientos sociales en donde ellas son protagonistas no suelen organizarse con criterios jerárquicos, de manera que los medios no encuentran siempre a la misma interlocutora (lo que podría legitimarla como fuente) ni aporta la información en un formato adecuado para ser trasladada a un texto noticiable.
 Si no aparecen fuentes femeninas es como consecuencia de la superestructura jerárquica tanto por lo que hace referencia a las empresas y a las instituciones como a los mismos criterios profesionales. Esta jerarquía oculta con frecuencia a las auténticas autoras de los trabajos o las gestoras de los proyectos, que están detrás de los que ostentan cargos directivos.


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