La Ley de Medios: otra forma de inclusión social

Si bien, desde su sanción en 2009, la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual ha sido difamada por los grandes medios masivos de comunicación opositores del país, llegando a ligarla solo con una pelea Estado-grupos económicos, su fin va mucho más allá de eliminar lo monopolios, y nos demuestra una nueva forma de inclusión social.

En este panorama político/económico, se pierde la gran esencia de la ley, la otra cara de ella, que se trata de brindar nuevas oportunidades a sectores sociales que antes de ésta no tenían acceso a ningún medio por el cual poder hacer escuchar su voz. Para permitir esto, estos sectores privados sin fines de lucro, dentro de los que se encuentras los Pueblos Originarios, las universidades nacionales e institutos universitarios de país, tienen reservado por medio de esta ley un porcentaje del denominado espectro radioeléctrico (que incluyen las señales de radio, televisión y telefonía) para que puedan hacer uso de los medios y ejercer su derecho de comunicar.

La cara, digamos, más pública de la Ley de Medios es la puja Estado- grupos económicos, estos últimos los cuales se ven perjudicados a nivel negocio ya que la ley demanda ciertos requisitos y cupos para la adjudicación de licencias, y produjo que esos grupos deban realizar planes de adecuación para explicar de que forma se liberaran de las licencias que tengan en exceso. 

Por desgracia, la cara política económica gana terreno a la hora de informar sobre el avance de esta ley, por parte de los medios de comunicación, en los que esta gran disputa se ella en primer plano. Pero poco a poco, con el avance de la aplicación de esta nueva ley, estas nuevas voces que antes no eran escuchadas tendrán sus espacios para hacerse escuchar, así como también los gobiernos provinciales y municipales tendrán la oportunidad de tener medios propios, y así lograr que se cumpla plenamente el derecho a comunicar y estar comunicados.