Valentina Pautassi
El asado en la mesa Argentina es una
vieja tradición que perdura y que es signo de un encuetro agradable entre
familiares, amigos o compañeros de trabajo. Gracias a la apertura de las
exportaciones de carnes rojas se logro que todas las familias argentinas puedan
disfrutar de esto a un precio mínimo.
En las carnicerías de cada rincón del
país se puede apreciar como el consumo de carnes rojas ha aumentado,
particularmente el asado, evidentemente por la gran baja de precio de las
mismas. Esto se debe a las medidas tomadas por la Secretaria de Comercio
Exterior, quien decidió hace ya quince meses abrir las exportaciones de carne.
Sucede que el mundo demanda determinados cortes que no incluyen al asado, es
por esto que los frigoríficos exportadores abarrotaron el mercado interno de
dicho corte. Esta sobre oferta ocasiono una baja importantísima en el mostrador
del tan preciado asado argentino.
Hasta esta instancia todos los
eslabones de la cadena perdían como así también el Estado Argentino. El cierre
de las exportaciones ocasiono una pérdida de once millones de cabezas, es decir
que el productor, el frigorífico y sus intermediarios perdieron como así también el consumidor a la hora de
pagar convalido precios semejantes a los de Europa y Japón. Por otra parte el
Estado también perdía debido a que no le ingresaban divisas.
Con
esta nueva decisión de la cartera todos ganan ya que el productor
aumenta el volumen de producción trasladando el mismo a toda la cadena. Con
respecto a la mesa de los argentinos estamos accediendo a un asado de excelente
calidad a un cincuenta por ciento más bajo que hace quince meses. El estado
aumento la recaudación en conceptos de retenciones a las exportaciones y
experimento en el último trimestre un sensible aumento en la entrada de
divisas.
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