domingo, 20 de octubre de 2013

¿Qué es el fotoperiodismo?

   El fotoperiodismo es una forma de comunicación ejercida por profesionales que utiliza las imágenes para expresar e interpretar la realidad social. Es un género periodístico que tiene el objetivo de comunicar y representar a través de fotos, diversos personajes, acontecimientos, sucesos, temáticas, etc.

   Los temas a tratar, pues, son muy amplios, variados, y hasta en algún punto infinitos. Lo fundamental es que sean significativos, y que contengan un vínculo con la realidad, por ende, con lo social, con lo colectivo. Es fundamental interpretarlo bajo determinado contexto sociocultural histórico.
   Por tanto, al ser una actividad periodística, tenemos que comprenderlo como un proceso de producción, distribución y consumo de mensaje. Responde a las lógicas de construcción de un mensaje periodístico. Incluye diversas áreas de intereses de la actualidad informativa como pueden ser: los problemas sociales, el deporte, el mundo del espectáculo, las guerras, etc. Por ende, las características fundamentales que debe tener una fotografía para formar parte del género periodístico son: ser actual (se trabaja con hechos recientes); ser novedosa (hechos relevantes, interesantes para el común de la gente. La fotografía como la posibilidad de retratar diversos personajes y situaciones que nos son desconocidos); ser informativa; ser objetiva (la representación debe ser una imagen cuidadosa y fiable); la narratividad (la imagen debe estar vinculada con otros elementos informativos complementarios que ayudan al que el mensaje sea comprensible para los receptores); y pensar el destinatario (a quiénes dirigimos nuestro mensaje, por qué, que queremos transmitir y de qué manera).
   Por otro lado, la fotografía, tiene que cumplir con la ética periodística en cuanto a su precisión, veracidad y objetividad. El fotoperiodista, como cualquier persona que trabaja en medios de comunicación, tiene en sus manos la posibilidad de instalar verdades, marcar agenda, e incidir en las lecturas e interpretaciones de las personas. La frase, totalmente trillada, “una imagen vale más que mil palabras”, nos sirve para comprender el poder de la imagen, de la representación, de instalar un momento determinado, que de otra manera quizás nadie conocería, en la “inmortalidad” de una representación fotográfica.
   También la estética es una de las características principales. En su mayoría, las personas que se dedican a la actividad son versadas en las técnicas de producción y difusión periodísticas, pero a su vez, están cercanas a las actividades artísticas. La imagen debe ser trabajada a partir de las diversas técnicas de: luz, perspectiva, relación fondo y forma, encuadre, sombras, etc. El profesional es aquel que tiene en cuenta las dimensiones estéticas en combinación con la información.
   Por otro lado, no debemos reducir la imagen fotográfica a la mera información objetiva, sino que estamos hablando de un proceso informativo y de opinión. La objetividad como totalidad no existe, aun en la fotografía que muchos describen como la imagen más fiel de la realidad. El fotoperiodismo es una profesión compuesta por comunicadores sociales, contextualizada en un marco social determinado, y no podemos comprenderlo como una actividad impersonal, abstracta, meramente objetiva, imparcial, y sin un compromiso social determinado. Utilizando la fotografía, trabajando con nuestra imaginación y creatividad, podemos transmitir ideas y sentimientos, podemos construir nuestra propia historia. La fotografía es un recorte de un fondo, como tal conlleva una exclusión de ciertos aspectos, un determinado ordenamiento, una jerarquización y el énfasis en ciertos detalles. No podemos confiar en la fotografía.
   Por último es importante resaltar que hay diversos géneros fotoperiodísticos, diferentes estructuras, formas, ordenamientos, con cierta estabilidad, que sirven a la organización coherente de diversos tipos de discursos. Igualmente, los géneros son heterogéneos, flexibles, conviven, se interrelacionan, se fusionan, etc.; pero las fotografías periodísticas se organizan a partir de ciertas características discursivas particulares, y según la finalidad que se persigue. Los géneros fotoperiodísticos se diferencian por: el propósito informativo (se enfatiza el discurso), donde los tipos de discursos son, exposición, descripción, narración, etc., por ejemplo la fotonoticia y el fotorreportaje corto; y por el propósito de opinión (se acentúa la expresión), donde el tipo de discurso predominante es la narración (aunque suele contener rasgos descriptivos y de exposición), por ejemplo el fotorreportaje profundo o un ensayo fotoperiodístico. Por último se encuentran los géneros denominados  híbridos que están integrados por uno o varios tipos de discursos, como por ejemplo el retrato fotoperiodístico.
   En síntesis, vivimos en una cultura visual. En cada lugar de nuestro barrio nos encontramos con imágenes. Es imposible imaginarnos el mundo sin ellas. Con la fotografía visitamos lugares que nunca vimos, conocemos otras culturas, recordamos momentos, revivimos emociones y sentimientos, y expresamos una visión del mundo. Por tanto, la introducción de la fotografía en los medios masivos de comunicación a fines del siglo XIX cambió nuestras formas de comprender la realidad. El impacto visual dentro de los diarios y revistas produjo repensar el periodismo, que ya no se puede trabajar sólo con palabras. La fotografía, a partir de los desarrollos tecnológicos, sobre todo del internet, ha pasado a un primer plano. Por tanto, el fotoperiodismo y el escrito son complementarios, comparten, construyen y constituyen los sentidos, los significados, de las notas periodísticas. Conforman una unidad, un todo interrelacionado. Tanto los títulos, los píes de fotos, las leyendas, etc., son fundamentales para completar y contextualizar lo que la fotografía no puede expresar en su plenitud, por sus propias limitaciones lingüísticas.

Realizado por Nicolás Farina.

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